Saturday, March 7, 2015

Los ateos son también asesinos.

 Otra gran tragedia se ha dado en el mundo actual, en la cual tres jóvenes musulmanes fueron brutalmente asesinados en la ciudad estadounidense de Chapel Hill en Carolina del Norte, por un hombre que ha sido caracterizado como ateo por los medios, dando a entender que ésta fue la principal causa para cometer este atroz e injustificado crimen.

Mientras los medios norteamericanos y en menor medida europeos expandieron y multiplicaron una versión de la noticia como si fueran peces, la “enmarcaron” como un hecho de intolerancia religiosa, en donde TVN de Chile, aprovecha para tirar más arena sobre los hombros de los no creyentes en una nota en el mismo tono, sin hacer un mínimo análisis. (presumo por flojera y economía editorial)

Pero los medios no solo tienen la responsabilidad -no exclusiva- de este
framing (enmarcamiento), sino que también del giro radical hacia esta versión, desde su anterior posición de ignorar casi por completo los hechos (en USA), recibiendo todo tipo de críticas desde las redes sociales. Así, todas las especulaciones han sido basadas inicialmente en las declaraciones de familiares, que motivan el crimen como una agresión que surge de rencillas contra su creencia religiosa. En esto, apologistas religiosos han intentado posteriormente convertir el hecho en un empate para con sus críticos “descreídos”, que hasta acá no tenían en sus filas de “militantes”, un comportamiento equivalente a las atrocidades cometidas en nombre de la religión, incluso motivando graciosos “memes”.

Lo cierto es que Craig Hicks tiene declaraciones contra las religiones, incluso considerándose un “ateo armado”, más aún, se ve a si mismo más bien como un anti-teísta. Sin embargo, los encargados de la investigación han sido bastante más cautos que el observador promedio, y han argumentado que una posible causa del hecho -entre otras- habría sido una disputa sobre un estacionamiento, y no directamente un crimen de odio. Mientras variados comentaristas apuntan a estas declaraciones como indicativo del potencial peligro de los “militantes” ateos o el subgrupo de los anti-teístas, fallan en ver que las opiniones de Hicks van dirigidas a todas las religiones y no en específico al islam, y al mismo tiempo, pasan por alto otras declaraciones suyas dirigidas a reconocer la legitimidad de la libertad de culto, o que su real obsesión eran las armas,

Hoy en día, la tendencia mostrada por estos apologistas religiosos es parecida a las caricaturas que se han hecho de sus propios practicantes, en el cual el estereotipo que se intenta formar no hace justicia a los hechos reales, ni a lógica alguna. En este sentido es cuestión de ver todo lo que se piensa y dice contra los musulmanes, sin ver el esfuerzo de unos pocos por reformarse (sucedido en el último tiempo), con ejemplos prácticos como el del anillo humano formado por las juventudes musulmanas de Oslo (Noruega) para proteger la sinagoga local, luego del ataque con resultado de muertes en una conferencia sobre libertad de expresión en Copenhage (Dinamarca). Lo destaco, porque esto -tanto las expresiones de condena a atentados, como protección directa de judíos- no ocurría hace un corto tiempo atrás, dado el antisemitismo incrustado en el Islamismo.

Lamentablemente para las religiones Abrahámicas que dominan hoy nuestro mundo, y en específico para el Islám, la relación entre las atrocidades que cometen sus legionarios y sus libros sagrados, es directa. Es por esto que se culpa a la religión y no se acusa como un acto individual. Peor aún, estos libros envían a matar pueblos enteros, niños, condenar a muerte a homosexuales, infieles, etc. y sus mandatos son inamovibles, un dogma, pero en las manos del elegido de turno son hábilmente torcidos y seleccionados con pinzas (cherry picking en inglés), que interpretan lo que más les conviene y gusta. Así, al final de la suma de conflictos y desavenencias entre lecturas del dogma, tenemos más de 40.000 denominaciones cristianas, a ortodoxos y observantes judíos, musulmanes sunni y shia, etc. y también así tenemos desde las versiones más benevolentes y sus seguidores, hasta los segregadores Opus Dei, los pedófilos Legionarios (defendidos por la “santa sede” y JPII), los cómplices de genocidio en Ruanda y el Ku Klux Klan. También los evalgélicos que queman rostros de niños con ácido de baterías acusados de brujería en áfrica, y los cristianos que realizan circuncisiones femeninas (compartido con el Islám), tenemos al pastor Soto y la Westboro Baptist Church. Y para que notar todo lo que se sabe hasta ahora, del no reformado Islám.

¿Qué se puede decir del ateísmo entonces? ¿No son acaso sus militantes igual de extremos como lo demuestra este asesinato?

La acusación siempre está en la veta del “militantismo” que se ha mostrado en los últimos años por parte de los ateos, que por su actitud desafiante -al contrario de la tímida y escondida de tiempos anteriores- ha llevado hasta rebautizar la postura como “nuevo ateísmo” (que no tiene nada de nuevo). Esto a su vez, ha llevado a intentar igualar al movimiento de “descreídos” con el fundamentalismo que se ha desarrollado en las distintas religiones.

Pero nuevamente lamento por las religiones Abrahámicas, que no haya una relación directa entre ser ateo y el asesinar fríamente a alguna persona religiosa, o como en este caso a tres jóvenes musulmanes(as). El ateísmo no es una ideología. Es ilógico que un descreído vaya a matar a alguien porque su “NO-libro”, o su NO dios justifique esta u otra matanza. La postura de este tipo de personas es de negación ante la propuesta de que “el todo” ha sido creado por un ente antropomórfico (e incluso no antropomórfico), y que por esto, uno debe venerar a dicho ente suprapoderoso diariamente, porque si no, uno será castigado en “la eternidad”. Y ojo! que también se es observado por éste personaje diariamente, cuidando de que no se rompan ni sus reglas, ni su veneración. Para poder creer en tal proposición se necesitan ciertas evidencias, las cuales no se han puesto al alcance de ninguna persona hasta ahora, dejando al ateísmo como la negación de una proposición. Por esto no es una ideología, es simplemente una postura frente a un planteamiento.

Sin embargo la posición no-creyente debe tener una base más allá de no haber presenciado evidencias convincentes para creer, algo para explicar su entorno y lo que sucede en él, además de dar coherencia a su sistema de ideas. Es aquí donde se complementa con distintas formas de conocer. La más cercana es la ciencia, aunque no exclusiva, por esto hay ateos que pueden creer cosas tan descabelladas como la visita de extraterrestres, en energías al estilo new age, etc. pero tal como esta forma de conocer, hay otras formas de entender el mundo que pueden tener rasgos ideológicos en si, tal como el humanismo, feminismo, liberalismo, etc. Se conoce por ejemplo, el intento de mezclar o exigir un poco más del ateísmo como posición, y dar el siguiente paso en preocuparse más de las problemáticas en el resto de la sociedad, y definir cuál debería ser el norte del ser humano en términos sociales. Esto se hizo mezclando la ciencia con el feminismo radical, pasando por la conclusión atea. A este fracaso rotundo por sus sesgos, agresividad y censura a priori se le llamó Atheism+ (plus), que al parecer se acabó por desangramiento y criticas hacia éste.

En este sentido -y mucho antes- apareció lo que se llama la postura anti-teista, que se opone y desenmascara activamente al teísmo y la creencia en dios, expresa una gran preocupación por los regímenes teocráticos y los males que provoca, o en términos amplios, a la imposición de una visión por la autoridad supuestamente divina de un regente, el cual dicta e impone sin posibilidad de debate, todo código tanto legal, de convivencia o conducta. Pese a tener rasgos anticlerigales, su oposición activa es a través de actos de denuncia y crítica acérrima, y no por medios armados o represivos, ya que entienden a la libertad -a secas, o de culto- como un valor primordial para el desarrollo humano. En el fondo ve a la religión como un fenómeno principalmente negativo para un positivo desarrollo de la especie, las sociedades y el individuo.

Pero los apologistas no han quedado solo en la caricatura del ateo militante, sino que apuestan más fuerte, culpando de la tragedia al “nuevo ateísmo” y sus principales figuras, argumentando que han sido ellos quienes han azuzado o dado base a la agresión con armas. En esto, aunque ellos pueden defenderse por si solos de falsos alegatos, hay que decir que no hay evidencias patentes de aquello, ya que la mejor arma que se tiene son los argumentos que por su propio peso deberían cambiar a las personas, ayudado además por la sátira y la ridiculización de las pésimas ideas expuestas al escrutinio público.

Finalmente ¿puede decirse que los anti-teístas son un peligro como lo propone la flojera de TVN? Es evidente que no. ¿El ateo militante entonces, es una amenaza a la integridad física de las personas? En esto, pese a lo que aseguren distintos apologistas religiosos -por ejemplo Reza Aslan que ya fue desenmascarado por ex-correligionarios- no tiene evidencia patente. Esto más bien ha servido para intentar defender y blindar su(s) religión(es) de críticas, a través de la creación de un hombre de paja, y la tergiversación de hechos.


Pero no se debe ser ciego y evitar ver problemas, lo cierto es que intuyo que el asesinato cruel de jóvenes inocentes en un lugar de América del norte, comparte uno de sus elementos catalizadores con el resto de las sociedades, más allá del ateísmo. Esto es la caricaturización de los grupos humanos, el atajo mental facilitado por los estereotipos. No puedo dejar de pensar que lo que quizá llevó a Hicks, de la furia en su obsesión por el orden en los estacionamientos a consumar su estupidez, fue ver a todos los musulmanes como dañinos sin capacidad de reformarse por una mejor convivencia. Y así tenemos a un asesino que por X circunstancias es ateo, y no un asesino por ser ateo.


A Toño Silva M.